Confesion de Fe

Confesión de fe
de las Iglesias Evangélicas Bautistas de Francia

Dios

Nosotros adoramos únicamente a un solo Dios en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creador de todas las cosas, El es santo, todo poderoso, amor, eternamente vivo. Dios se reveló en la historia, primero, en la historia del pueblo de Israel, luego, de manera definitiva en su hijo Jesús de Nazaret, el Cristo anunciado por los profetas. Esta es la revelación que nos presentan las santas escrituras.

Las Santas escrituras

La biblia es definitivamente inspirada. El Espíritu santo ha presidido soberanamente el origen y la formación de los escritos que la componen. Estas Santas escrituras son la única palabra escrita de Dios. Documento de alianza entre Dios y su pueblo (Antiguo Testamento) Entre Dios y la comunidad de todos aquellos que aceptan la salvación dada en Cristo (Nuevo Testamento), esta Palabra nos revela el pensamiento de Dios, su voluntad y su amor por todo el mundo. Ella contiene todo lo necesario para conducirnos a Jesucristo aquel que es nuestra salvación, y para que coloquemos nuestras vidas al servicio de Dios. Ella es la referencia suprema para probar toda la creencia, toda tradición toda practica religiosa. Ella detiene su autoridad solamente de Dios para gobernar la vida del creyente y de la iglesia.

El hombre la caída y sus consecuencias

Por el acto de desobediencia, el pecado entró en el mundo trayendo como consecuencia la muerte. La naturaleza pecaminosa se extendió sobre todos los hombres. La humanidad entera, a partir de su ruptura con Dios, vive bajo la dominación del mal y está expuesta al juicio de Dios.

Jesucristo

Jesucristo, hijo único de Dios de toda la eternidad es el único mediador entre Dios y Los hombres. El vino entre los hombres plenamente hombre y plenamente Dios, las dos naturalezas siguen siendo distintas en una perfecta unión en su persona. El nos instruye sobre todo lo que es necesario a nuestra salvación. El nos mostró, por su vida pura de todo pecado y llena del poder y del amor del Padre, lo que es la vida santa que Dios quiere para nosotros. Cumplió la obra de nuestra redención dando su vida en la cruz, en sacrificio vivo y perfecto, para borrar nuestros pecados y reconciliarnos con Dios. Resucitado y eternamente vivo al lado del Padre, en su gloria, El es Señor.

La salvación

El hombre pecador es llamado bajo la acción del Espíritu Santo a arrepentirse de su pecado, a volverse a Dios, a aceptar, por fe, la obra expiatoria de Jesucristo y a estar unido a El en su muerte y en su resurrección. El hombre recibe así, por la sola gracia de Dios, el perdón de pecados. Justificado por la fe en Jesucristo, el vive a partir de ese momento en una relación justa con Dios, como la de un hijo delante de su Padre. El hombre es nacido a una vida nueva y eterna, y entra en el reino de Dios. La fe produce necesariamente obras agradables a Dios y una vida cada vez más conforme a su voluntad.

El Espíritu Santo

El Espíritu Santo, tercera persona de la trinidad, hace viva, benéfica y eficaz, en el corazón del hombre, la realidad de la salvación. El Espíritu Santo habitando en el creyente le conduce a glorificar al Señor, por medio de una vida de oración y una perseverante fidelidad a la verdad de la escritura. El es la garantía de la herencia eterna. El Espíritu Santo hace que los creyentes den fruto, les permite discernir la voluntad de Dios y les da los dones necesarios para el servicio y edificación de la iglesia y para el testimonio en el mundo.

La Iglesia

La iglesia es el pueblo que Dios se da a través de Jesucristo para celebrar la gloria de su gracia, para proclamar las buenas noticias de salvación y para ser su testigo entre los hombres por medio de las obras de justicia, de misericordia y de reconciliación. Dios instituyó los ministerios de la palabra con el objetivo de hacerse conocer, de llamar los hombres pecadores a creer en Jesucristo, a hacer parte de su pueblo y a crecer en la vida cristiana.

Las Iglesias locales

Una iglesia local, constituida según la palabra de Dios, es una comunidad de creyentes bautizados sobre la confesión de su fe. Allí en donde esta es implantada es una representación concreta y visible de la iglesia universal, cuerpo de Cristo. La iglesia local es independiente de toda otra autoridad que la de Jesucristo. Sin embargo, ella no puede vivir aislada de los lazos fraternales que la unen en la solidaridad a otras iglesias. Todos los miembros de la iglesia local, asociados en un compromiso voluntario, ponen en práctica, bajo la dirección del Espíritu Santo y por una utilidad común, los dones que han recibido. Las iglesias reconocen igualmente el servicio que Dios confía a algunos de sus miembros con el objetivo de ejercer un cargo particular según lo enseña el nuevo testamento.

El bautismo

Como lo enseña la escritura el creyente esta llamado a confesar públicamente su fe por medio del bautismo. El bautismo manifiesta de manera visible, la realidad de la obra de salvación de Dios y de la unión del creyente con Jesucristo en su muerte y en su resurrección.

La santa Cena

El señor llama a sus discípulos a compartir el pan y a beber la copa de la Santa Cena en memoria de El, anunciando así su muerte hasta su regreso. Haciéndolo, ellos profesan que por medio de su comunión con un Cristo vivo, ellos forman un solo cuerpo y son unidos los unos a los otros en un mismo Espíritu.

Nuestra esperanza

El señor Jesucristo volverá del cielo como el ascendió, para el renuevo de todas las cosas y la plena manifestación de la obra de salvación. Todos los muertos resucitaran y cada ser humano deberá rendir cuenta a Dios de su vida. Aquellos que serán encontrados justos en Jesucristo irán a la vida eterna y los otros al castigo eterno. Dios prometió un nuevo cielo y una nueva tierra. El habitará, El mismo, con su pueblo, esto es lo que esperamos.